Los juegos han permitido que las niñas adquieran un elemento de motivación para el aprendizaje significativo de la matemática, ya que éstos favorecen la comprensión, el razonamiento y estimulan el pensamiento lógico.
A través de las diferentes actividades las estudiantes lograron reconocer y utilizar las nociones espaciales para desplazarse, ubicar objetos, identificar la posición de figuras dentro de una cuadrícula y también, seguir trayectorias en el espacio.
Asimismo, gracias a la utilización de abundante material las niñas han pasado de lo concreto (cubi-números, cintas numeradas, rejillas, fichas, etc.) a lo pictórico y simbólico logrando interiorizar el conteo secuenciado para utilizarlo en situaciones cotidianas, relacionando cantidades con los números del uno al diez. Gracias al dominio de los numerales han podido realizar operaciones sencillas como seriar los números, agregar, quitar, reconocer anterior y posterior, comparar cantidades y determinar cuál es mayor y cuál es menor.
Finalmente, se les propuso retos lúdicos individuales y grupales promoviendo el trabajo en equipo, la cooperación, la retroalimentación, pero sobre todo, descubrir que la matemática ¡es divertida!
